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Mi primer amor o desamor

Mi primer amor lo descubrí a muy temprana edad. Siempre fui un poco precoz para la mayoría de las cosas. Llegó cuando tenía 13 años. Como es lógico de suponer, estaba comenzando mi pubertad y tengo que ser honesta, aun cuando ya se asomaban rasgos de cierta belleza, modestia aparte, era la clásica “puberta”, rellenita, con uno que otro barrito que siempre salía en el momento menos indicado, no tenía ni el menor sentido de la moda, no me gustaba que me vieran en traje de baño y tenía unas cejas super pobladas.

Tenía mi grupo de amigas con quienes aun jugábamos con las barbies y los kens. Obviamente los juegos consistían en casarlos, colocarlos en su casa nueva y ver cómo cuidaban a sus hijitos. Creo que fui la primera en enterarme de que existía “el amor”, los besos y todo lo que uno puede descubrir a esa edad, y además, sin la información y educación debida. Pertenezco a la generación de hijos que no fuimos muy bien formados en materia sexual bien por tabú o quién sabe por qué.

Un buen día se mudaron a nuestro edificio dos hermanos morochos. No tardaron mucho en convertirse en los galanes más cotizados del lugar. A partir de ese momento mis amigas y yo, además de escondernos para jugar con nuestras barbies, hacíamos mucho énfasis en arreglarnos cada vez que bajábamos a las áreas sociales del edificio. Nos maquillábamos a escondidas para luego lavarnos la cara antes de llegar a casa.

Eramos todas muy diferentes y de distintas nacionalidades. Estaban las más flaquitas, la morenita, que se gastaba un cuerpazo para aquel entonces y que hoy para su desdicha es como una puerta de gorda, y yo quien en aquel entonces ni me parecía a la de hoy, ni física ni emocionalmente. Era tímida, temerosa, retraída y no me creía capaz de atraer a ninguno de los dos galanes que parecían dos gotas de agua.

Mi amiga la morenita fue la primera en atraer la atención de uno de los morochos, no recuerdo muy bien ni los detalles ni los pormenores de aquella relación, lo que sí sé es que nunca más jugamos con nuestras muñecas. Implorábamos permiso para bajar a horas más cercanas al atardecer y nos reuníamos en grupitos de ambos sexos. Para esa epoca comenzamos a prender nuestros primeros cigarrillos a escondidas. Yo de manera secreta me moría de la envidia y suponía que todo era a causa de su “cuerpazo”. El tiempo fue pasando y un buen día terminaron, lo que me hizo sentir en secreto una gran dicha. “Ahora me toca a mi” pensé para mis adentros.

Y así fue, el galan comenzó a acercarse de a poquito a mi, nos iniciamos siendo amigos para un día encontrarnos a escondidas en las escaleras y en cuanto recoveco existía, para darnos largos y calurosos besos, en medio de los cuales yo suspiraba como una tarada. Tengo que confesar que además de no haber sido ni informada ni formada en materia sexual, todo aquello me parecía lo más normal del mundo, los besos, los estrujones, los abrazos, las caricias, y además me encantaban.

No pasó mucho tiempo y el galán un día se presentó a darme parte que nuestra relación se daba por terminada. El mismo no tardó en ir a buscar a la tercera de las cuatro amigas que éramos. Ese día sentí mi primera decepción amorosa……..pero no quedó ahí, mi sed de venganza se iba alimentando día a día y de pronto pasó algo inesperado, el otro morocho, es decir el otro galán más cotizado del edificio, puso sus ojos en mi y no pasó mucho tiempo cuando nos hicimos novios. No me detuve a pensar por qué? y tampoco creo que me haya interesado mucho. Yo para mis adentros decía: “qué importa, son iguales”…..tan ingenua…..No habían pasado muchos días cuando comenzaron los rumorares de mi y mi dignidad quedó “manchada”. Recuerdo que hasta nuestros padres se fueron a las manos………

Creo que esta historia marcó cada una de las relaciones que he tenido en la vida. Si hasta ese momento había sido tímida, por mucho tiempo lo fui aun más, todo contacto con el exterior quedó cancelado como castigo por haber manchado el honor de la familia y a partir de ese momento siempre partí de la premisa de que todo hombre es una mierda hasta que demuestre lo contrario.

2 comentarios:

Anónimo,  12 de febrero de 2011, 23:10  

Creo que el primer amor siempre deje un recuerdo importante . Al menos yo recuerdo el mio con inmenso cariño y asi tambien lo siento de parte de él cuando nos hemos visto :)

Tita 13 de febrero de 2011, 0:41  

Me alegro de que haya sido de esa manera. Así debería ser!!!!!! Pero no siempre ocurre de esa forma y como lo escribo en mi blog, esa primera relación y nuestra relación con nuestro padre marcarán para siempre nuestra futuras relaciones.....
Tita

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